lunes, 9 de marzo de 2015

¿De qué hablamos cuando hablamos de géneros literarios?

Por Abigail Raynoldi

Generalmente, sabemos diferenciar a simple vista un cuento de una poesía, o una obra de teatro de una novela. Significa que sabemos definir bien los diferentes géneros literarios. Los géneros literarios no aparecieron hace poquito, por el contrario, desde la época de los griegos se empezaron a gestar los tres principales géneros, es decir: el género narrativo (todo lo que tenga que ver con la narración: cuentos, novelas, novelitas, narraciones breves, novelones), el género lírico (en relación siempre con la poesía y lo poético) y el género dramático (siempre los textos “teatrales”, en general escritos para luego ser actuados).
Dentro de esos tres grandes géneros, encontramos muchos subgéneros, con diferentes características. Si te digo rapidito “cuento maravilloso” me vas a decir que va con “género narrativo”, no? Bueno, entonces hasta acá vamos bien.
Ahora, mi pregunta es: ¿Qué pasa con esos textos “raros”, “extraños”, que no sabés si ponerlos junto con los poemas, o con los cuentos, o con las obras de teatro, que a veces, incluyen varios géneros, o peor, que parece que no van con ninguno?

Géneros discursivos
Mijaíl Bajtín fue un teórico de la lengua y la literatura de origen ruso. Poco conocido en su tiempo y tardíamente traducido y leído en el mundo occidental pensó muchas cosas interesantes sobre los géneros discursivos. Prestá atención a que no estamos diciendo géneros literarios sino discursivos. ¿Cuál será la diferencia? A Bajtín no le interesaba analizar solamente los géneros literarios, sino todos los discursos y enunciados que una sociedad produce, por ejemplo: una carta, una noticia televisiva, un chisme, una novela, una conversación telefónica, una poesía, una canción. Para él todos estos enunciados pertenecen a los géneros discursivos, o sea que cada enunciado tiene características que se mantienen de manera más o menos estable. Por eso podemos distinguirlos. Por ejemplo, el enunciado que se conoce como “carta” tiene rasgos determinados y nosotros, cuando leemos una sabemos que no es una receta, por ejemplo.
Pero ¿Cuál es la distinción entonces entre una simple carta y una novela? ¿Parece que una es más compleja que otra, no? Para ubicarnos bien Bajtín estableció dos partes entre los géneros discursivos: a uno llamó géneros discursivos primarios, los cuales refieren a todos los tipos de comunicaciones cotidianas, familiares, corrientes, así como una orden, diálogo, saludos, cartas, noticias, recetas, comunicados, etc. Por otro lado, están los géneros discursivos secundarios, que son los más complejos y abarcativos: éstos incluyen a los géneros primarios. Es aquí donde nos encontramos con los géneros literarios. Los géneros literarios pertenecen a los géneros secundarios e incluyen muchos de los géneros primarios. No solo que los incluyen sino que los sacan de su contexto inmediato y los reformulan, es decir, los usan con otro fin. Por eso en un cuento podés encontrar diálogos o conversaciones telefónicas, o en una novela podés encontrar una carta. Pero esa carta o diálogo ya no tiene que ver con la realidad, ya no es el mismo diálogo que tuviste con un amigo ayer. Ese diálogo era algo cotidiano, de comunicación directa y corriente, en cambio, cuando estos géneros primarios los leés en un texto literario pareciera que su función es diferente. Y esto es porque está dentro de una ficción, de un texto que no responde a las mismas reglas de la comunicación de todos los días, sino de algo que nos hace entrar en otro mundo, en otro universo que tiene sus propias leyes, y entonces, los diálogos (por dar un ejemplo) ya no tienen la misma función de todos los días.
Acá va un cuadrito que resume todo lo que vinimos hablando:

Géneros discursivos primarios
Géneros discursivos secundarios: géneros literarios
Los géneros simples están constituidos por enunciados de la comunicación inmediata. Tal como frases elocuentes, interjecciones (¡Oh!), órdenes, diálogos cotidianos, cartas, onomatopeyas (Crash! –cuando se rompe algo-), etc. Son los géneros cotidianos, los diálogos del tipo cercano. Las cartas, saludos, las conversaciones. Todo lo que tiene que ver dentro de un ámbito más familiar (más de cara a cara).
Los géneros primarios que forman parte de los géneros secundarios o complejos se transforman dentro de estos últimos y adquieren un carácter especial: pierden su relación inmediata con la realidad y con los enunciados reales de otros, por ejemplo, las réplicas de un diálogo cotidiano o las cartas dentro de una novela, conservan su forma y su importancia cotidiana tan sólo como parte del contenido de la novela, participan de la realidad tan sólo a través de la totalidad de la novela, es decir, como acontecimiento artístico y no como suceso de la vida cotidiana

A pesar de Bajtín
Por eso la literatura toma siempre formas nuevas y revolucionarias. Porque constantemente está creando modos innovadores y frescos de presentarse ante los ojos de los lectores. Todo el tiempo la literatura nos lleva a preguntarnos cosas y a redefinirnos conceptos que teníamos arraigados como únicos o verdaderos. No solo que la literatura toma muchas cosas de los géneros que usamos cotidianamente sino que también se cansa de ser siempre la misma y entonces nos hace una mescolanza terrible en la cabeza porque parece que confunde los géneros, que los da vuelta o que no quiere hacerle caso a ninguno y  tampoco quedarse quieta en ningún lugar. Es por esto que Jacques Derrida, un francés muy inteligente, dijo alguna que vez que todo texto participa de varios géneros sin pertenecer con exclusividad a ninguno.










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